-¿Por qué habrá tanto blog?
-¿Cómo es eso? Define “tanto”.
-Es que el otro día leí que nacían chorrocientosnosecuántosmil blogs por hora en todo el mundo. ¿No será mucho?
-O sea, demasiado. Sobre todo con la cantidad de gente que no tiene acceso a Internet.
-Claro, porque ellos bajan el promedio al minuto de hacer una estadística mundial.
-Ya científico, pero ¿y la cantidad de ociosos que tienen más de un blog? Ellos suben el promedio.
-Es verdad. Además, cada cosa que se encuentra uno navegando en la web.
-Terrible. Mucha poesía mala, mucho diario de vida en línea. ¿Quién, relativamente sano de cabeza, puede hacer algo así?
-Ya lo dijiste tú. Chorrocientasblablablá personas al día.
-Cierto. En todo caso, también hay blogs que aportan.
-Pero son pocos.
-Poquiiiitos.
-La mayoría, sólo cosas que a nadie, salvo a quien escribe, le importan.
-¿Y cómo sabes que a nadie le importan?
-Porque se nota. ¿No has visto esos blogs en los que la dueña escribe unos tremendos poemas, o un manifiesto de vida que cree que va a cambiar el mundo, y no tienen ni un solo comentario?
-Sí, me dan harta pena la verdad. De hecho, como que me dan ganas de dejarles un comentario, a ver si les subo el ánimo.
-¿Y les escribes?
-No, es que no alcanzo. ¿En qué minuto les voy a estar escribiendo, si trabajo todo el día?
-En realidad. ¿Otra igual?
-Otra.
martes, 20 de noviembre de 2007
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1 comentario:
Estimados contertulios, permítanme interrumpiros con una pequeña acotación.
Vaya dilema moral que propone María Carolina. En un acto de caridad usted peca de lujuria. El diablo y Dios frente a frente.
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