
-¿Viste la mina que va a aprovechar la Teletón para sus propias 27 horas de amor?
-No, ¿Cuál?
-María Carolina se llama. Escort Vip.
-¿Y eso qué es?
-Puta fina.
-Ahhh. ¿Y está rica?
-O sea, bien rica. Tiene 25 años, o sea igual nuevecita, aunque...
-¿Aunque qué? ¿El kilometraje?
-Exacto.
-Pero es que hay kilometrajes y kilometrajes.
-¿Cómo es eso?
-O sea, no es lo mismo un motor al que se le hace revisión periódica, cambio de aceite, de filtros y ese largo etcétera de repuestos, que otro dejado a la buena de Dios.
-Es verdad.
-Además, tampoco es lo mismo acumular el kilometraje andando parejito en carretera que hacerlo en camino de tierra.
-Ahí se pone complicada la cosa, claro.
-Estoy hablando de autos, imbécil.
-Claro, yo también.
-Ya. Y por último, está el tema de los dueños.
-Ahí sí jodimos, porque no creo que ella pueda alegar que tiene harto kilometraje pero “único dueño”.
-Mmmm, cierto. Difícil que diga eso. Y tampoco creo que pueda decir "nunca chocada, nunca taxi".
-Bueno, al final lo que importa es que ella va a donar todo lo que junte trabajando en las 27 horas a la campaña.
-Igual jugada la mina, ¿o no?
-Y pa qué te voy a mentir, a la hora de cooperar, preferiría hacerlo con un polvo que comiéndome una hamburguesa o limpiándome el culo con una determinada marca de papel.
-Obvio. Cualquiera.
-Yo me inscribiría fíjate. Digo, entre pasarle las lucas a un cajero del banco o dejárselas a ella en el velador pa que las lleve...
-Toda la razón. ¿Y cuánto cobra?
-120 lucas la hora y media.
-Uffff.
-Si es escort vip po hueón.
-Puta fina.
-Como querai. Igual es por una buena causa. ¿O a ti no te importan los niños de la Teletón?
-Ya filántropo, ahí viene el mozo.
-Ya, la última y nos vamos.